María Reales está consternada de la manera cómo su hija, Dayana Isabel Jiménez Reales, murió en la tarde del martes.

La mujer, de 30 años, no presentaba signos de violencia y fue encontrada junto al cadáver de Harold Alejandro Gambin Gutiérrez en el parqueadero de la habitación de un motel de la calle 42 entre carreras 44 y 45, en el Centro de Barranquilla. 

“No sabíamos nada, no habíamos hablado con ella. Ella salía a las 6 de la mañana y debía volver como siempre a las 7 de la noche. Trabajaba en seguridad industrial y salud ocupacional”, contó. la progenitora de Dayana, quien se encontraba en la mañana de este miércoles en Medicina Legal junto a otros familiares reclamando su cuerpo.

Dayana dejó dos hijos y era la mayor de 3 hermanos. Residía en el barrio Rebolo, en el suroriente de Barranquilla.

Tanto a Dayana como a Harold Alejandro fueron encontrados al interior de un vehículo sin rastros de violencia. Una empleada del lugar, según el reporte de la Policía, cuando fue a limpiar la habitación de al lado sintió que el carro del parqueadero del cuarto contiguo estaba encendido y por eso abrió la puerta del mismo porque creyó que iban a salir, pero al ingresar se dio cuenta que el hombre y la mujer estaban sin vida dentro del carro.

Una muerte 'silenciosa'

El monóxido de carbono tiende a ser sin olor y sin color y puede causar la muerte súbita de una persona si lo recibe en grandes cantidades. El mismo se puede acumular en lugares donde no circule buena ventilación  y la persona ni siquiera lo nota hasta que pierde el conocimiento.

Esta es la primera hipótesis que está manejando la Policía Metropolitana teniendo en cuenta que el vehículo estaba encendido en el parqueadero de la habitación y en donde había poca ventilación.